Curso de Verano

Por qué será que los niños, en grupos de más de dos unidades son detestables? Hay algunos que por sí solos, pueden ser tolerables e incluso monos y simpáticos…como lo es un hámster.  Pero si dichas entidades se concentran en más de 10 elementos, se tornan amenazantes e incluso mortíferos. La vida me acaba de regalar la traumática experiencia de prestar ayuda en un curso de verano llevado a cabo por el kinder de una gran amiga mía (que por lo mismo dejó de serlo).

Un curso de verano para niños de maternal y pre-escolar, parece lo más sencillo del mundo. Qué dificultad puede haber en tratar de entretener a 15 inocentes criaturitas de entre 2 y 6 años de edad? Ninguna! …si la vida es tan fácil!  Uno llega a la conclusión de que los “Cursos de Verano”, se diseñaron específicamente para cuidar de 4 a 6 horas diarias durante las vacaciones, a los hijos de mamás holgazanas que no quieren batallar con ellos en su casa. Así que ahí está la solución al alcance de la mano: endosárselos a alguien más.

Los cursos consisten en elaborar actividades sencillas y divertidas para mantener ocupados a los mocosos durante esas malignas horas. Por ejemplo…hay otra cosa más divertida que sentar a los niños en unas sillitas diminutas, frente a unas mesitas diminutas (uno también se tiene que sentar en esas sillitas diminutas, que después de dos horas pueden causar verdaderos estragos en el trasero) y darles crayones de cera para que pinten a como Dios les de a entender, un dibujo malhecho de un payaso? Pues no! No hay cosa más divertida que ver a Clarita comerse el crayón azul. Ver a Carlitos pintando todo, llámese mesita, paredes, a él mismo…menos el dibujo. O inclusive observar a Dieguito cómo se le queda mirando al payaso impreso y después de hacer jetas, darle vuelta a la hoja y pintar una escena de la Batalla del 5 de Mayo con hartos muertos y mucha balacera. Interesante.

Y no me hagan hablar de elaborar con los niños manualidades que impliquen resistol…esa es otra historia. Es fascinante ver a Carlotita embadurnarse las manos con pegamento, mientras le agarra la cara a Paulina que a estas alturas está llorando como Marga López.  Yo, con actitud estoica, me remito a observar lo que pasa mientras escucho a lo lejos, la sinfonía de Motzart que mi amiga les ha puesto como música de fondo. Si la finalidad de dicha música es la de amanzar bestias….es oficial: no funciona.

La hora del recreo es interesante. Todos toman sus loncheritas: las hay de Batrman, Spiderman, Rosita Fresita, Dora la Exploradora, Princesas, Bratz, Cars y Mickey Mouse. Todos se sientan en torno a las mesas, (como si no trajeran malas intenciones) y se disponen a zamparse lo que sus respectivas mamás les mandaron para comer. Se acostumbra decir una oración antes del almuerzo, la cuál los niños saben de memoria y la cual les importa un carajo; ya que antes de terminar de decir amén, hay más de dos enanos que ya se están refinando su danonino o llevan la mitad del sándwich. Los refrigerios que los niños llevan varían de acuerdo al estado de ánimo de las mamás en cuestión. La mayoría son prácticas (u holgazanas) y les empacan un simple Danonino con una cucharita y un termo lleno de agua (oseaaaa…jelooouuu!!!, el niño está en pleno crecimiento!). Hay otras más aventureras que se levantan 15 minutos antes para prepararle un sandwichito de jamón al frutito de sus entrañas y acompañarlo con un juguito de manzana y un choco-rol de postre. Muy bien. Hay otras madres… las más insenzatas, que le empacan a su criatura un Tupperware repleto de brócoli hervido y no contentas con esto, lo acompañan con un néctar de guayaba y una galletita integral de avena insípida. Que es esooo? Luego que crecen los hijos, las mamás se preguntan por qué no las van a ver. El almuerzo se desarrolla en armonía y cordialidad hasta que uno de los ewoks decide que lo que su madre le mandó para comer es una mentada de ídem.

Dieguito: -“no me voy a comer eso, sabe a zacate.”-
S.Sister: – “Pero por qué, mi vida? Si el brócoli es delicioso y muy nutritivo, te hará crecer fuertototote!!-
Dieguito: – “Ah, sí?…a ver, cómete uno”-
S.Sister – “Mmmmm…no puedo, me lo prohibió el Doctor, si como brócoli, me sale bigote”-
Dieguito: – “En serioooo? A ver, cómete uno para que te salga bigote!”-
S.Sister: – “Ok, ya!, ten estas papas y trágatelas…pero no le digas a nadie que te las dí.  Dieguito, sabías que eres como Chuckie el muñeco diabólico?”-
Dieguito: -“Sí, pero ni me importa! (sonriente)”-

En el otro lado de la mesa Marcelita se descuida por un momento y Hectorín, de un manotazo certero, le quita su gansito marinela y se va corriendo como monaguillo con la limosna. Acto seguido, la Marceluca es poseída por el llanto y se dispone a rasgarse las vestiduras. Pienso por un momento en levantarme e ir tras del ladrón de gansitos, pero me da flojera. En lo que intento apaciguar la ira de Marcelita cantándole “Pixie Dixie Araña, subió a su telaraña…”, Joaquinillo se enoja porque Rodolfito lo miró feo y le suelta un cachetadón  marca “llorarás”. Rodolfito le revira la afrenta y le da un empujón que hace caer a Joaquinillo, cuan ancho es, encima de Brendita que se estaba comiendo un flan sin deberla ni temerla. Joaquinillo aplasta a Brendita y su flan de estampa en su vestidito color capullito de alelí. Llanto absoluto, gritos y empujones. Un inocente almuerzo se convierte de un momento a otro en un pandemonium apocalíptico. A estas alturas yo no doy pie con bola y pido “aucsíliooo” (como Rosita). Las maestras se dejan venir corriendo y tratan de poner un poco de orden mientras para sus adentros me declaran incompetente e imbécil.

Ya calmados los ánimos, los enanos se dedican a jugar. Unos gustan de jugar a la casita.

Carlotita: -“No esposo, no te voy a dejar entrar a la casita porque anoche no veniste a dormir”- (¿?)
Juanito: -“No vine porque me fui a jugar a los “hot Wheels” con mis amigos”-
Carlotita: “Bueno, si quieres entrar, dame dinero”-
Juanito –“Bueno, ten”- (sacándose dos pesos del bolsillo).
Carlotita: -“Ok, ahora te vas a quedar con el bebé porque yo voy a comprar vestiditos con mis amigas”-

Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

Otros corretean jugando a alcanzarse, otros comen tierra, Otros más (los más tranquilos), se sientan en el suelo y forman círculos de diálogo muy interesantes.

Eugenio: -“Oye, Carlitos…ese señor altote que vino por ti el otro día, es tu papá?”-
Carlitos: -“Sí, ese es mi papá, está bien fuerte y bien grandote. Le gana a todos!”
Eugenio: -“Pos tu papá estará muy altote, pero mi papá es Abogado.”- (¿?)

Silencio incómodo.

Unos más prefieren mecerse en los columpios, jugar en la caja de arena o trepar en las resbaladillas. La siguiente escena es así:

Jorgito está sentado en la cima de la resbaladilla y duda en si será conveniente o no aventarse. Lorenzo que está parado justo detrás de él esperando su turno, se le queda viendo con cara de “entre nosotros dos hay un imbécil y no soy yo”.  Lorenzo me voltea a ver y me pregunta incrédulo:

Lorenzo: -“Oye Miss…Jorgito sabe volar?”-
S.Sister: -“Pues claro que no, mi vida. Los niños no vuelan”-
Lorenzo: -“A ver….”-

Acto seguido, Lorenzo empuja a Jorgito por la resbaladilla, quien en el trayecto de bajada  grita como si en ello se le fuera la vida: “Mamaaaaaaaaá!!!”
Jorgito hace una bajada rápida y nada exitosa. Al llegar al final de la resbaladilla se le atora el zapato en algo, hace un respingo y sale volando como si hubiera sido catapultado. Aterriza un metro más allá pecho tierra…la cara le queda rayadita como ruffle. Con la risa por dentro, levanto a Jorgito y le digo que no llore, que así es la vida –muy desgraciada- , pero que no se preocupe, que yo perseguiré al criminal y le aplicaré un severo correctivo por lo que hizo. Jorgito queda satisfecho y se vuelve a subir a la resbaladilla.
Tomo a Lorenzo de la mano mientras caminamos hacia el salón y le digo:
-“Lorenzo…ahora sí te cargó el payaso, papá.!  Ahorita mismo te pones parejo con Dios nuestro señor.”- 

Al llegar al salón vacío, lo siento en la “silla de pensar”…-“Ok Lorenzo, ponte a pensar en lo mal que estuvo empujar a Jorgito”-

Lorenzo: -“Oye Miss, pero no tengo tiempo para eso, tengo que jugar, me falta subirme a los columpios y a la resbaladilla y jugar en la caja de arena y…”-
S.Sister: -“Osea…de plano te pasas por el arco del triunfo tu mala acción?”-
Lorenzo: -.”Pos es que Jorgito es bien Ñoño…”- (¿?)
S.Sister: . “No cabe duda Lorenzo, serás un buen empresario, no te importa pisotear a los demás para obtener lo que deseas. Andale, rúmbale de aquí antes de que me arrepienta de haberte soltado. Jorgito me da un beso en la mejilla y sale brincando sin haber expiado su culpa.

Lo mejor del día, es la hora de la salida. Las mamás vienen sonrientes a recoger a sus retoños, llegan muy frescas y de muy buen humor por no habérselos chutado durante toda la mañana. Las maestras y yo, parecemos una comuna de ex-refugiados colombianos. La ropa hecha girones, desgreñadas y con las caras de momias aztecas.  Llega el papá de Eugenio por él y antes de salir, el enano se voltea hacia mi y me dice: -“Este es mi papá, Miss…y es Abogado!”  A lo que yo le respondo: -“Pues mi papá era Astrofísico de la NASA y ya se murió, así que le gana al tuyo”- El papá me dirige una mirada críptica y se lleva consigo a su chaneque.

Doy gracias a la Virgen de la Chinquinquira por hacerme la venia de salir con vida de ese infiernito Dantesco lleno de Gremlins. Espero, amable lector, que aprendas en cabeza ajena y que caigas en la cuenta de que los niños, son el programa piloto del adulto que serán en un futuro…que Dios nos agarre confesados! 
Que tengas un excelente día y si ves por ahí corriendo como alma que lleva el diablo, a un niño que huye con un gansito, comunícate conmigo, de seguro es Hectorín. Es fecha que no aparece.