«Sálvese quien pueda!»

Fue por el año de 1991, cuando por primera vez cayó en mis manos un libro del Señor Jorge Ibargüengoitia…”Las Muertas”. Este maravilloso e hilarante relato, narra las peripecias de un grupo de prostitutas comandado por un par de madrotas: las hermanas Arcángela y Serafina Baladro, conocidas en la vida real como “Las “Poquianchis”. Basado en hechos verídicos, partiendo de sucesos más que escabrosos, Ibargüengoitia nos regala una narrativa exquisita confeccionada para arrancarle al lector más exigente, cualquier cantidad de carcajadas. En la última página de “Las Muertas”, comenzó la empatía y amor que hasta el día de hoy, le profeso a Don Jorge.

Jorge Ibargüengoitia Antillón, nació en la ciudad de Guanajuato, México, el 22 de Enero de 1928. En 1965, en San Miguel de Allende, conoció a la pintora inglesa Joy Laville, quien fue su esposa y quien ilustrara las portadas de los libros de Jorge, publicados por la Editorial Joaquín Mortiz. Jorge murió en Madrid, España, el 27 de Noviembre de 1983 en un accidente aéreo, camino a un encuentro de escritores que se llevaría a cabo en Colombia. En este accidente, también murieron el crítico uruguayo Ángel Rama y el poeta peruano Manuel Scorza quienes llevaban el mismo destino.

Jorge Ibargüengoitia dice de sí mismo:
Nací en 1928 en Guanajuato, una ciudad de provincia que era entonces casi un fantasma. Mi padre y mi madre duraron veinte años de novios y dos de casados. Cuando mi padre murió yo tenía ocho meses y no lo recuerdo. Por las fotos deduzco que de él heredé las ojeras. Ya adulto encontré una carta suya que yo podría haber escrito. Al quedar viuda, mi madre regresó a vivir con su familia y allí se quedó. Cuando yo tenía tres años fuimos a vivir en la capital; cuando tenía siete, mi abuelo, el otro hombre que había en la casa, murió. Crecí entre mujeres que me adoraban. Querían que fuera Ingeniero: ellas habían tenido dinero, lo habían perdido y esperaban que yo lo recuperara. En ese camino estaba cuando un día, a los veintiún años, faltándome dos para terminar la carrera, decidí abandonarla para dedicarme a escribir. Las mujeres que había en la casa pasaron quince años lamentando esta decisión –“lo que nosotras hubiéramos querido”- decían, “es que fueras Ingeniero”- más tarde se acostumbraron.
Escribí mi primera obra literaria a los seis años y la segunda a los veintitrés. Las dos se han perdido. Yo había entrado en la Facultad de Filosofía y letras y estaba inscrito en la clase de Composición Dramática que daba Usigli, uno de los dramaturgos más conocidos de México. “Usted tiene facilidad para el diálogo”, dijo, después de leer lo que yo había escrito. Con eso me marcó: me dejó escritor para siempre.”

Qué se puede decir de Ibargüengoitia? Maestro del sarcasmo y la ironía, víctima de la burocracia y de la sociedad de su tiempo. Nadie como Don Jorge para castigarnos con la realidad de una manera divertida y cáustica, como por no dejar. Observador empedernido de las costumbres de su cultura, siempre sacando de ellas desde lo más digno hasta lo más ridículo e imposible. Haciendo mofa eterna, siempre empezando por burlarse de sí mismo, Ibargüengoitia nos regala en sus letras, un espejo en dónde cualquier mexicano puede verse reflejado. Sus historias, son las nuestras (en el supermercado, de turista, como peatón, en la escuela, en sus amores, etc.).
Nadie como él para manejar los modismos típicos de su idiosincrasia, tomarse licencias literarias tan hilarantes y tan contundentes. Nadie como él para conjugar el humorismo y la narrativa.

Este es solo –amable lector- un humilde homenaje a la Ironía y al sarcasmo, a la burla de uno mismo, que solamente Ibargüengoitia ha podido manejar tan exitosamente. Van hoy mis respetos y entrañable afecto al Maestro.

“…hizo de su obra, trágicamente truncada, un corrosivo alegato a favor del humor sarcástico y la ironía antihistórica.”
Christopher Domínguez

Recomiendo ampliamente (siendo éstos mis consentidos): “Los Relámpagos de Agosto”, “Instrucciones para Vivir en México”, “Estas ruinas que ves” y “Viajes en la América Ignota”.
La obra de Ibargüengoitia puede encontrarse bajo el sello de la Editorial Joaquín Mortiz:

Narrativa
Los relámpagos de agosto (Premio Casa de las Américas 1964)
La ley de Herodes
Maten al león
Estas ruinas que ves (Premio de Novela México 1974)
Las muertas
Dos crímenes
Los pasos de López

Teatro
Susana y los jóvenes
Clotilde en su casa
La lucha con el ángel
Llegó Margó
Ante varias esfinges
Tres piezas en un acto
El viaje superficial
Pájaro en mano
Los buenos manejos
La conspiración vendida
El atentado (Premio Casa de las Américas 1963)

Obra periodística
Viajes en la América ignota
Sálvese quien pueda
Instrucciones para vivir en México
La casa de usted y otros viajes
Ideas en Venta
Misterios de la Vida Diaria
¿Olvida Usted su Equipaje?
Piezas y Cuentos para Niños