Intercambio de regalos

Llevas más de un mes y medio viendo en las tiendas adornos navideños, llevas 3 semanas topándote con las peregrinaciones de guadalupanos que consideran que la mejor forma de probar su fé a la virgen de Guadalupe es estorbando al tráfico de la ciudad y te obligan a esperar hasta 1 hora viendo como desfilan ante ti una multitud vestida con tapa rabos y penachos, hace 2 semanas que en el cine antes de iniciar la película ves los clásicos anuncios de amor y paz de los refrescos de cola de siempre, los almacenes de prestigio anuncian con bombo y platillo sus ventas nocturnas, no hay más remedio, no hay nada que puedas hacer: Ya es 1 de diciembre y la avalancha navideña se viene sobre ti, desde las canciones de “Eterna navidad” que cada año te atormentan con temas de Oscar Athie y Fandango, hasta las ofertas de “compre ahora y pague en enero”, una vez más ha llegado el mes en el que la gente que es insoportablemente feliz te hace sentir como si fueras un ogro al lado de ellos.

Desde mi tierna infancia he aprendido a lidiar con estas fechas, la verdad es que no me parecen tan malas, después de todo, recibes alguno que otro regalo. Los bastardos mal paridos en estas fechas normalmente tratan de comportarse como deberían de hacerlo todo el resto del año y todo es alegría, hasta que llega el tan temido día: La invitación al intercambio de regalos con los compañeros de oficina. En lo personal el hecho de aceptar o no aceptar dicha invitación provoca en mi una serie de sentimientos encontrados, por que por una parte es la única fecha del año en que puedo convivir de cierta forma con el resto de la gente de la oficina, sin embargo por otra parte, al aceptar entrar en dicho compromiso uno se arriesga a recibir por regalo una porquería inútil la cual se estará maldiciendo por el resto de la temporada navideña.

I.- El amigo secreto.

Generalmente la idea de “el amigo secreto” consiste en que se rifan los nombres de todos los que están participando y una vez que todos tengan a la persona a la que le van a regalar, se adquiere el compromiso de que todos los días -hasta el día en que se celebre el intercambio de regalos-, deberás de dejarle un dulce, un chocolate o una golosina. Es precisamente aquí en donde empiezan los problemas por que si bien tienes la suerte de que tu nombre haya sido asignado a alguien medianamente civilizado a la usanza occidental, puedes tener la desgracia que por lo general tengo yo, de tocarle a algún pelado (o pelada) quien aún no esta enterado de que las colaciones a pesar de no ser tóxicas, no son precisamente los dulces que todos estamos esperando recibir en esta temporada. O peor aún, puedes recibir como regalo diario de tu “amigo secreto” alguna fruta que seguramente ya se le estaba pudriendo en el refrigerador y antes de que se eche a perder, esta personita tiene la buena intención de regalarte un plátano ligeramente maduro.

Por lo general se rifan los nombres de los participantes en un intento de hacer que de manera aleatoria tengas la altísima probabilidad de que tu nombre sea asignado al compañero de la oficina con el cual nunca intercambias palabra alguna y por lo tanto tienes una alta posibilidad de que a consecuencia de desconocer tus gustos y preferencias, termine regalándote un increíble juego de manteles de peluche, un juego de ropa deportiva original de la prestigiada marca “Mike” o un reloj de arena. Lo más recomendable en estos casos es tratar de llevarte de manera amigable con quien esta organizando el intercambio y pedirle que por favor te deje escoger la persona a la que le vas a regalar, si tienes éxito puedes buscar entre los papelitos que se rifan tu nombre y rescatarte a ti mismo de las garras de algún mentecato admirador del velcro y las lentejuelas.

II.- El regalo ideal.

Supongamos que no pudiste sacar tu propio nombre y salir airoso del intercambio de regalos, bueno ahora lo único que te queda es ser lo suficientemente claro con lo que esperas con tu intercambio. Normalmente se pasan entre los participantes del intercambio una hoja de papel en donde se van anotando lo que les gustaría recibir para el día del intercambio, aquí por lo general siempre hay que procurar ser sumamente específicos con lo que esperamos recibir y queda completamente bajo el riesgo de uno mismo el incluir en la lista peticiones como:

“Querido amigo secreto, regálame un suéter calientito en color café con cuello de tortuga”

Ya que si haces una solicitud así, no debe de extrañarte recibir una garra mal oliente comprada en algún “mercadito sobre ruedas” que pasa por la colonia de tu amigo secreto. Hay que ser muy pero muy claros en nuestra solicitud, por ejemplo:

“Querido amigo secreto, quiero un suéter marca Náutica en color azul marino, esta en la sección de caballeros en el Palacio de Hierro, el código del producto es 112541-422ª-25. Puedes preguntar por la señorita Clara Mendoza, ella ya tiene separado el que es de mi talla, te recuerdo que solamente ese suéter puede hacerme feliz esta navidad, no intentes bajo ninguna circunstancia –y te lo repito- no intentes bajo ninguna circunstancia tratar de sorprenderme con cualquier otro regalo, créeme que nada me va a gustar más, gracias por tu atención”.

Ahora bien, si no eres tan exigente, pero supongamos que no te gusta cualquier cosa, puedes darle una serie de opciones, siendo lo más específico posible, se descartan por ejemplo peticiones como:

“Querido amigo secreto, me gustaría que me regalaras un Compact Disc que este padre o una DVD de una película entretenida”.

En cambio deberás hacer algo así:

“Querido amigo secreto, aquí te dejo una lista en orden descendente (de mayor a menor) de interés, de las opciones que me puedes regalar en nuestro intercambio, en donde el número 1 es lo que más me gustaría y el número 5 es lo que menos. Te suplico que no intentes agregar recomendaciones personales, en caso de que decidas hacer caso omiso a mis sugerencias te exijo que junto con tu regalo me entregues el ticket de la compra para poder ir a cambiarlo por algo que de verdad me guste, gracias por tu atención”.

Obviamente debes de enumerar lo que te gustaría recibir, si tienes fuertes razones para sospechar que la persona que te vaya a regalar sea un Guarro irredento© (derecho reservados por S.S.) se recomiendo hacer una lista hasta de 20 posibles regalos.

La temporada navideña puede ser una hermosa época para dar y recibir, sobre todo si das las gracias por recibir un regalo que te guste, de cualquier forma recuerda que en estas fechas decembrinas lo verdaderamente importante es recordar a aquel hombre que viene al mundo cada 25 de diciembre sufriendo a causa del frío y rodeado de animales: Santa Claus.

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