De cómo me hice adicto a comprar series de TV

Queridos animalitos del prado, criaturas insomnes y oscuras, cautivas del terror que provoca vivir en el tercer mundo, tal y cómo lo anunciaba la profecía de los últimos días de la iglesia pimboliana, regrese al cumplirse los 129 comentarios idiotas que mi ego exigía en mi penúltimo post cómo sacrificio de los infames lectores y entusiastas comentadores de este rupestre blog decadente, en fin.

Muchas cosas han pasado en estos largos meses en que estuve no solo ausente, sino totalmente olvidado de cualquier interacción con este espacio, confieso vergonzosamente que me hice adicto del feisbuc y tenía el mal gusto de publicar fotos de los momentos mas hermosos de mi perfecta vida, no hay nada más vulgar (lo sé) pero tuve una revelación y entendí que debía cerrarlo para siempre y embarrarme caca en la boca para no volver a cometer el mismo error, ahora solo uso el Twitter, a veces.

Pero bueno, ahora que me acuerdo le puse un titulo a este post y no puedo divagar todo lo que quisiera, así que empecemos por el principio, durante la década de los 80’s tener acceso a los canales de cable no era tan sencillo cómo hoy en día, de hecho la única oportunidad de tener acceso a esta fuente inagotable de idiotez era poseyendo una antena parabólica (o porno-bólica, cómo se le conocía en el bajo mundo de los adolescentes regios ochentenos), desafortunadamente para mi, mi padre tenía la extraña idea de que estos aparatos eran exclusivos de los pervertidos adictos a la pornografía (así cómo los carros automáticos eran exclusivos de los idiotas que no sabían cómo meter los cambios de un auto estándar ó el cabello largo exclusivo de los maricones), en fin es fácil suponer el resto de la historia.

Siendo así, la poca TV que llegué a ver eran las series estadounidenses que re trasmitían años después en canales nacionales, cómo El auto increíble, los dukes de Hazzard, Falcón Crest, Dallas (esta nunca la vi, pero supe que existia), Automan, Profesión peligro, Viajeros en el tiempo y una larga lista de etcéteras. Sin embargo el principal problema de la TV rural de aquellos años era que los programadores no tenían el menor empacho ni siquiera en revisar lo que iban a programar, siendo así, viendo todo el panorama en retrospectiva ahora entiendo porque en un episodio El auto increíble era totalmente destruido y en el episodio de la siguiente semana no solamente estaba enterito, sino que no se hablaba del tema, todo esto es porque evidentemente no había continuidad en los episodios y menos aun en cronología de las temporadas.

Más adelante en mi vida llegaron los videos en VHS lo único malo es que tener una colección de unos veinte videos ya ocupaba bastante espacio y cuando uno vive en la casa de sus padres el único espacio en donde existe cierta autonomía es en el cuarto propio, por lo cual cualquier espacio que se ocupe en este debe de ser muy bien pensado.

Pero afortunadamente salió el mercado el DVD y para estas alturas ya no solo tenia algunos años trabajando, sino que había juntado algo de dinero para desperdiciarlo (digo, invertirlo) en colecciones de DVD’s que siempre había soñado, por lo que me tuve que conformar con comprar todas las películas que me gustaban.

Posteriormente llegó el Blu Ray, lo malo para este entonces es que las series de los años 80´s o incluso de los 90´s ya no eran tan atractivas, los títulos tan baratos ni la calidad de las imágenes tan bueno, cómo lo eran 20 años atrás (en mis recuerdos son imagen nítidas y actuales, pero que decepción cada que veo un episodio), así que tuve que empezar a buscar nuevas opciones de sano despilfarre y así fue cómo me hice de fan de Six Feet Under, Dexter, Dead like me y True Blood entre otras y aunque hay veces cuando estoy recorriendo los aparadores me veo tentado por comprar series con las que crecí, pero cómo soy bien macho me aguanto y compro la sexta temporada de Desesperate Housewives.

No tendría que escribir todo esto si no fuera por este maldito insomnio que de vez en vez me visita, en fin ustedes que pueden duerman tranquilos…mientras puedan, yo por lo pronto los dejo porque tengo que ir a robar el periódico del vecino, mis días siempre inician muy temprano.