Deudas de excesos, son deudas de honor

 Por razones que no valen la pena explicar ni entrar en detalles, termine haciendo trabajo social para pagar una deuda a causa de los disturbios que provoqué en una noche de copas, en compañía –por supuesto- del jet set de esta rupestre ciudad, pero juro por la  memoria de Roberto Palazuelos que la culpa no fue mía, sino de la maldita cerveza que estaba helada, deliciosa y casi gratis.

Todo comenzó el día cero, después de hacer unas llamadas a algunos amigos para ponernos de acuerdo, hablé con uno que es propietario de un estacionamiento en el exclusivo Barrio Antiguo de Monterrey, -Si, te caigo a la noche para saludarte ¿OK?,-OK-, en fin, llegué e insistí en pagar como lo hace la gente común y corriente –seguramente tu, amado lector estas acostumbrado a ello- pero mi cuate me dijo: “nombre, así déjalo”, después de insistir por 3 milésimas de segundo más, mi amigo me dijo que mejor le pagara cuando ya fuera de regreso, lo que él no sabia (ni yo tampoco), es que de regreso iba a encontrarme en avanzado grado etílico. En fin.

Ya de regreso, tambaleante y beodo, después de darme cuenta de que estaba estacionado justamente en un punto en donde me iban a detener los agentes de transito, quienes a esas horas se encontraban deteniendo a todos los automovilistas que circulaban por esos rumbos, para verificar que se encontraran en condiciones de manejar, es decir, les estaban oliendo el hocico. En lo personal no se me da mucho el salir victorioso de estas situaciones (sobe todo cuando mi condición me lo impide), así que mi buen amigo me dijo que el se podía llevar mi automóvil hasta que estuviera lo suficientemente lejos para que no me detuvieran en estos operativos, así lo hicimos y al siguiente día entre flashazos de recuerdos nebulosos de la noche anterior, resultó que no alcanzaba a distinguir alguno en donde le estuviese pagando a mi cuate por haber usado su estacionamiento.

Así que sin más ni más le marque de nuevo. Día 1

PW: ¿Qué onda mi cuate, oye te pagué anoche lo del estacionamiento?
Amigo: No, me bajaste del carro y me tuve que regresarme caminando, me asaltaron y el estacionamiento se quedo solo, ya que yo regresé hasta las siete de la mañana por que andaba poniendo la denuncia, mi esposa le tuvo que hablar a mi cuñado para que la ayudara con la gente que estaba saliendo a esa hora, hoy tenia el festival de la escuela de ballet de mi niña y no llegué a tiempo. 
PW: ah, es que ya me confundiste con tanto rollo, ¿entonces no te pague verdad?, bueno, a la noche paso
A: Así déjalo.
PW: No, hoy paso
A: Como quieras, ¡Clank!
PW: Que raro, ¡se cortò la llamada!

Por la noche, pasé a pagar mi deuda y a pedir disculpas por el incidente, me insistió en que solo le pagara el importe del adeudo, pero la verdad me sentía un poco mal (no mucho, si he de ser honesto), pero pues los amigos son los amigos, así que le propuse que se tomara la noche libre y yo me quedaría a cargo del estacionamiento, después de varios años viviendo sin una noche libre, ¿Quién mejor que mi amigo se merecía sacar a pasear a su familia?, aceptó y fue así como me convertí en acomodador de carros por una noche.

La noche parecía tranquila, hasta tuve tiempo de conocer a los cuidadores de autos de los locales vecinos y a los que se adueñan de las calles con parquímetros, conocí el cuartel de la mafia de los hot dogs del barrio antiguo y a su capo.

Pero de repente, la gente empezó a salir de no se donde, como mi amigo me dejo instrucciones claras de mover la linterna para invitar a los automovilistas a entrar al local así lo hice, al ver que la mayoría de la gente me ignoraba (o me echaba el auto encima), decidí cambiar de linterna por una más poderosa que tenia en la cajuela de mi carro y ya de paso, cambiar también de estrategia, en lugar de mover la linterna simulando una invitación a entrar, opte mejor por apuntar directamente al carro del cliente potencial, tratando de enfocar a la altura de la cabeza del conductor para que se diera cuenta de que había un producto nuevo que no podía perderse.

Hubo un conductor que detuvo en su lujosa caribe 1984 y me dijo que eso (de apuntar a la cara del conductor con la luz) estaba mal y que me iba a partir la cara, pero para cuando el sujeto intentó bajarse, ya estaban atrás de mi mis nuevos amigos mafiosos de la industria “estacionamientera” y de la industria hot dogera del barrio antiguo, haciéndole notar que mejor se siguiera derecho si no quería problemas, así que no le quedo de otra mas que irse sin molestar a su servidor.

Había unos que simulaban que iban a entrar y cuando ya había tomado mi posición para dar indicaciones para que se llevara a cabo de manera exitosa la maniobra, se acordaban que siempre no y se iban al estacionamiento de al lado, no le hace, al cabo que no iba a ganar menos, el movimiento fuerte se terminó como a las cinco de la mañana, a las dos y media llegó mi amigo, me miro y me dijo “gracias, tenia años de no salir en fin de semana con mi familia”, a lo que solo le respondí: si, soy maravilloso…cuando estoy sobrio, ahora vete a descansar que ya viene de regreso la raza borracha, y son insoportables.

Así es que, si piensan salir el próximo fin de semana, recuerden no tomar mucho ya que si lo hacen, quizás tendrán que pagar las consecuencias de sus actos, como tantos famosos, Mel Gibson y yo, los casos más recientes.

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