¿No es maravilloso ser padres?

Una «hermosa» y «tierna» cadena sobre un padre neurótico y violento que después de maltratar y golpear a su hijo, reflexiona sobre su actitud y llega a la conclusión de que «todos los padres cometemos errores». Y todavía el lunático dedica sus disparates «para los que tienen la suerte de ser padres».

Al final anota «No sé como funciona esto, pero es real. Sólo necesitas mandar este email a 11 personas y aparecerá en tu pantalla un video pequeño», como queriendo dejar en claro que él de tecnología no sabe nada, él sólo sabe como ser un buen padre…

Siempre es bueno de vez en cuando derramar unas lagrimas.

Que lo disfrutes…. (¿y desde cuándo se puede disfrutar derramando unas lagrimas?)

Ser padres…….. (¿¿y desde cuándo se puede disfrutar siendo padres??)

Para los que tienen la suerte de ser padres y para los Que serán de alguna manera padres (Puede que en un futuro tengas un ejército de gatos y te consideres “de alguna manera” padre de ellos) algún día…!!! Con mucho cariño…

Era una mañana como cualquier otra.

Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. (debido sobre todo a que mi último disco “mis 30 años de ser el Rey del Pop” no tenía nada de éxito)

Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta. (Provocabas que me distrajera y no lograba ponerme mi nariz artificial)

Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. (Te pregunté: ¿Porqué te derramas la leche? Y me contestaste: Quiero ser blanco como tú)

Furioso te levanté por el cabello y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato. (Se ve que la persona que escribió esto realmente disfruta ser padre…)

Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. (Sospecho que volviste a tomar de mis drogas, pequeño demonio)

Te despediste de mi tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal. (Te volví a levantar del pelo y de una patada te saqué del auto)

Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, (y dos o tres operaciones de reconstrucción facial) te encontré jugando en el jardín. (con mis chimpances!) Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado.

Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos,que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. (Ni las demandas que he sufrido por desvestirte…)

Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mi te indiqué que caminaras erguido. (Me pareció prudente darte una patada en la espalda, solo para que los chimpances vieran quien seguía siendo el amo)

Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa. (Al parecer los niños son duros de mollera)

A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. (y por poco tumbas mi estatua de Peter Pan que tengo en la sala)

Con un golpe sobre la mesa (y otro en tu cara) grité que no soportaba más ese escandalo y subí a mi cuarto.

Al poco rato mi ira comenzó a apagarse.

Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. (Había muchos testigos…)

Como podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido? Luego escuché unos golpecitos en la puerta.

«Adelante» dije adivinando que eras tú. (pero temiendo un poco que fuera la policía) Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación..

Te miré con seriedad y pregunté: ¿Te vas a dormir?, ¿vienes a despedirte?

No contestaste. (Me preocupaba tu mirada pérdida y el cuchillo cebollero que traías en una mano) Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.

Te abracé y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito. (ohh…)Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla. Sentí que mi alma se quebrantaba. «Hasta mañana papito» me dijiste. (aah, los niños…)

Qué es lo que estaba haciendo? ¿Por qué me desesperaba tan fácilmente? (ya sé que más de la mitad de la población mundial me considera el más grande loser de la historia, pero ¿es para tanto?)

Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mi y ciertamente no eras igual. (Así es, yo tengo graves problemas mentales)

Tú tenías unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobre todo, sabías demostrar amor.

¿Por qué me costaba tanto trabajo?, por qué tenía el hábito de estar siempre enojado? .

Qué es lo que me estaba aburriendo?. ¡Yo también fui niño! (Es más: ¡todavía lo soy!)
Cuándo fue que comencé a contaminarme?. Después de un rato entre a tu habitación y encendi una lámpara con cuidado.

Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta (e hinchada por los golpes), tu frente humeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.
Me incline para rozar con mis labios tu mejilla, respire tu aroma limpio y dulce. (ese dulce aroma del «iodex» que siempre tienes en los moretones que te dejo) No pude contener el sollozo y cerré los ojos. Una de mis lagrimas cayó en tu piel. No te inmutaste.

Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio. (pude haberte despertado para pedirte perdón, pero ¿qué quieres? Siempre he sido un poco maricón.)

Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación Si Dios me escucha y te permite (sobre)vivir muchos años (mis constantes palizas), algún dia sabrás que los padres no somos perfectos, (Yo creo que este niño se dio cuenta desde hace tiempo…) pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida. (¿no es conmovedor?)

(Traten de imaginar ahora a este histérico padre sicópata, cerrando la puerta de la habitación de su maltratado hijito y diciendo la siguiente frase sacada de alguna tira de mafalda:)
«Si lloras por haber perdido el Sol, entonces las lágrimas no te dejarán ver las estrellas».

No sé cómo funciona este asunto pero es real. Sólo necesitas mandar este email a 11 personas y aparecerá en tu pantalla un video pequeño. (del padre tratando de aventar a su hijo por un balcón.)