Si usted desea ser un crítico cinematográfico, no crea que nada más es quererlo y ya. No señor; se necesita paciencia, estudio, dedicación y aprender de los maestros. Como por ejemplo, el crítico(a) de la revista llamada “Entorno de Nuevo León” que con muchos esfuerzos, ha logrado una redacción tan avanzada y un lenguaje propio tan peculiar, que nadie entiende lo que quiere decir.

Las siguientes opiniones han sido transcritas al pie de la letra y no se ha agregado ni quitado una coma para que el lector pueda sentir la magia de estas joyas literarias. También se incluye una traducción al lenguaje español en cada una, para las mentes raquíticas que no logren comprender la sublimidad y el encanto que encierran sus palabras.

-Más sin embargo…

Continua con la tortura…

Entre los mitos más grandes que la humanidad alberga en su ignorante consciente colectivo se encuentran la existencia de Dios, el calentamiento global y el hecho de que Phineas se mantiene vivo de manera artificial en una cápsula criogénica flotando en liquido miótico y alimentado por sondas (no querrás saber -curioso lector- en donde se las conectan), por lo cual nadie sabe con exactitud el día ni la hora en que nació.

Sin embargo todo eso es una falsedad, ¡una mentira podrida!, al menos en lo que a Phineas se refiere ya que no esta flotando en liquido miótico, sino en sus propios jugos. Además de que, como bien recordaran el día de hoy como cada año, nuestro entrañable amigo (de Shakespeare Sister y mío, no se vayan a emocionar) cumple años y se celebrará muy a su estilo: resolviendo un crucigrama de “El Sol” edición vespertina, comiendo un huevo tibio y tomando un jugo de higo “al tiempo”, en compañía de sus seres queridos, es decir, en la intimidad de su casa con su fiel hamster.

Todos los que se quieran unir a tan pomposa celebración serán maldecidos y vomitados por el espíritu chocarrero de Pacholín, quien desde que se cerró por primera vez este detestable blog, nos amenazó en la Junta de Conciliación y Arbitraje, quesqué por que no le dimos su liquidación que le correspondía por ley, ¡Simio mal agradecido y orate!, donde quiera que estés te decimos, ¡te exigimos! que te reportes de nuevo a esta sucursal del averno, por que El Phineas esta de regreso, ¡y esta cumpliendo años!

Así pues, y sin más preámbulo le deseamos a Phineas muchas felicidades, de parte de sus amigos Shekesperare Sister y Pinball Wizard, quienes siguen esperando la revisión de sueldos y del contrato colectivo.

Phineas: Ayer tuve un sueño de lo más extraño: Soñé que cerrábamos el Phineas y que abríamos una nueva página que era aún más nefasta.

Pinball Wizard: Yo también soñé lo mismo, pero aparte, soñé que vivía en una colonia de zarrapastrosos que organizaban fiestas en el parque.

Shakespeare´s Sister: ¡Que raro! yo también soñé algo similar: que abríamos otra página y que al igual que en el Phineas, no escribía nunca… ¡Horror!

Phineas: ¡No! y lo más extraño fue que grabábamos un podcast para explicar porqué nos habíamos ido y porqué regresábamos al Phineas…

Podcast de Resurrección

¿Has encontrado la solución a la adivinanza? -preguntó el Sombrerero, dirigiéndose de nuevo a Alicia.
No. Me doy por vencida. ¿Cuál es la solución?
No tengo la menor idea -dijo el Sombrerero.
Ni yo –dijo la Liebre de Marzo.

A través de la tarde color de oro
el agua nos lleva sin esfuerzo por nuestra parte,
pues los que empujan los remos
son unos brazos infantiles
que intentan, con sus manitas
guiar el curso de nuestra barca.

Pero, ¡los tres son muy crueles!
ya que sin fijarse en el apacible tiempo
ni en el ensueño de la hora presente,
¡exigen un juego de una voz que apenas tiene aliento,
tanto que ni a una pluma podría soplar!
Mas, ¿qué podría una voz tan débil
contra la voluntad de los tres?

El primero, imperiosamente, dicta su decreto:
«¡Comience ya el juego!»
La segunda, un poco más amable, pide
que el juego no sea tonto,
mientras que el tercero interrumpe la historia
nada más que una vez por minuto.

Conseguido al fín el silencio,
les inventa una increíble adivinanza,
«Ahora sí pequeños querubes,
¡espero que la resuelvan sin tardanza!»

=95z 687y7915vy7967%z y7967%z y–745 y=95 +45w%253x/63w *0867%942=95

Sin embargo es posible
que digan «Yo no soy un matemático»
tengan pues una ayuda
El siguiente es mi nombre, solo hay que descifrarlo:

+45*08z687=95y79 %253w%253/6379w-745

Y por favor no se confundan queridos querubines,
ya que este espacio en realidad ha terminado
pero hasta que el misterio sea revelado,
los esperaremos en nuestro nuevo site…tomándonos una guiness…

Atte.

Lewis Carroll

UPDATE:

Como el sitio anterior ya fue cerrado, publicamos aquí las «apostillas al enigma» y la manera de resolverlo.

Apostillas al enigma del Phineas
Gracias a las estadísticas del nuevo site, me entero que algunos han llegado a este site buscando en Google “¿Cuál es la solución al enigma del Phineas? Y por otro lado, veo que algunos hasta han suplicado por la respuesta en Yahoo! Answers; otros tantos han pedido ayuda a conocidos y otros más, utilizando nada más que la lógica, lo han resuelto. Cualquier cosa es válida y la verdad nunca esperamos que el pequeño acertijo causara tanto misterio. Sin embargo, aquellos que no pudieron resolverlo y están aquí, probablemente tengan curiosidad sobre la correcta interpretación del mismo, es por eso, que intentaremos explicar la broma para que quede constancia de lo sencillo que era.

Como bien recuerdan, el acertijo se titula “Una merienda de locos” y comienza con la introducción de “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll y sirve de entrada a el siguiente criptograma:

=95z 687y7915vy7967%z y7967%z y–745 y=95 +45w%253x/63w *0867%942=95

Cómo es bien sabido, cualquier criptograma debe de tener una “clave” para ser resuelto, en este caso, se trata de la siguiente línea:

+45*08z687=95y79 %253w%253/6379w-745

En donde se asegura que se trata del nombre del autor. El post está firmado por “Lewis Carroll” así que esa debe ser la clave.

Como parte de las pistas dadas en los comentarios, recomendamos la lectura de “El escarabajo de oro” de Allan Poe ¿Porqué? Pues porque en ese relato se utiliza un criptograma similar y se explica la manera de resolverlo. Prestando atención al cuento, podrán haberse dado cuenta que nuestro acertijo es muy simple y que lo es aún más, porque se encuentra separados en grupos que dan a entender que se trata de una frase y no de una fórmula matemática.

Sin embargo, no todo podía ser tan sencillo y debíamos poner una que otra trampa para hecerlo más interesante. En uno de los comentarios se menciona a Samuel Clemens como autor de “Las aventuras de Tom Sawyer. Como algunos podrán imaginar, Samuel Clemens era el nombre real de Mark Twain. Y es increíble que algunos todavía pedían “pistas”.

El nombre real de Lewis Carroll fue Charles Dodgson y si esa es la clave, la solución al enigma es más simple de lo que se imaginan. Veamos:

+45*08z687=95y79 %253w%253/6379w-745

Si lo separamos en grupos tenemos “+45*08z687=95y79” y “%253w%253/6379w-745”, sabemos que el apellido Dodgson utiliza dos “d” separadas por una letra; en la secuencia vemos en efecto que se repite “%253” entre la “w” entonces encontramos el valor de la “d” (%253) y la “o” (w). En la secuencia se repite de nuevo la “w” antes de “-745”, encontramos pues la “n” (-745). Nos queda “/6379” y sólo debemos averiguar cual representa la “g” y la “s” faltante.

En el primer grupo del nombre vemos que se repite un “79”, así que podemos dividir la secuencia en “/63” como la “g” y “79” como la “s”.

Con el primer grupo (+45*08z687=95y79) ya identificamos la “s” del final y nos queda “+45*08z687=95y” que sabemos que debe decir “Charle…”. Hasta el momento tenemos las siguientes letras:

%253=d
w=o
/63=g
79=s
-745=n
Lo más significativo es que todas las letras pueden ser formadas por un símbolo y un grupo de números de 2 ó 3 dígitos, pero nunca de más, ni de menos; y la única vocal es una consonante. Estos datos pueden servirnos de premisa.

Tomando en cuenta esta premisa, podríamos aventurar que la “z” y la “y” del primer grupo, pudieran ser en realidad vocales. La “a” y la “e” de “Charles”, hagamos el intento:

+45*08a687=95es

Viendo que los grupos de número pueden empezar con un símbolo y pueden ser de 2 ó 3 dígitos, podemos dividir la “c” y la “h” como “+45” y “*08” respectivamente y así tendríamos “cha687=95es”. Dividiendo la secuencia faltante “687=95” debe estar la “r” y la “l”, tomando el mismo método quedaría “687” como la “r” y “=95” como “l”, recapitulando, tenemos las siguientes letras:

%253=d
w=o
/63=g
79=s
-745=n
z=a
y=e
+45=c
*08=h
687=r
=95=l

Viendo que las consonantes “z” y “w” representan vocales y que en todo el texto sólo se encuentran las últimas 5 consonantes del abecedario y observando que la “z” es la “a”, la “y” es la “e”, y la “w” es la “o” no es muy arriesgado asegurar que la “x” es la “i” y la “v” es la “u” formando las 5 vocales de manera inversa a las últimas letras del abecedario. Con estos datos podemos ya ir descifrando el código:

=95z 687y7915vy7967%z y7967%z y–745 y=95 +45w%253x/63w *0867%942=95

Pero antes, fumemos un cigarro…

Muy bien, ahora sí, ¿En dónde estábamos? ¡Ah sí! En el código completo:

=95z 687y7915vy7967%z y7967%z y–745 y=95 +45w%253x/63w *0867%942=95

De las letras que ya conocemos, la secuencia quedaría:

la res15ves67%a es67%a en el codxgo h67%942l

La primera palabra “la” ya está completa, de la segunda queda “res—es-a” Usando la lógica, no debe ser otra que “respuesta”; nos falta la “p”, la “u” y la “t”. Tomando en cuenta la hipótesis de que la “v” puede ser la “u”, nos queda el “15” y “67%” como la “p” y la “t” respectivamente. Vemos si se repiten en la secuencia y efectivamente, el “67%” se repite en la tercera y la séptima palabra. La tercer palabra es “es-a” Sustituyendo queda como “esta” y la séptima queda como “ht-l”.

La sexta palabra es “cod-go” y no se requiere mucho para darse cuenta que se trata de “codigo” y ya con nuestra hipótesis de las vocales comprobada, la “x” no puede ser otra que la “i” quedando la frase “La respuesta esta en el codigo ht-l” y por favor, no me hagan revelarles la letra faltante, “942”.

Si la respuesta está en el codigo html, podemos abrir el código fuente de la página del phineas y encontrar al final la siguiente frase:

“Puedes irte -dijo el Rey. Y el Sombrerero salio volando de la sala, sin esperar siquiera el tiempo suficiente para ponerse los zapatos.
-Y al salir que le corten la cabeza en la-guillotine.com -añadio la Reina, dirigiendose a uno de los ujieres.”

Y es aquí en dónde todos reimos diciendo: “¡Claro! Si la respuesta es sencillísima, cualquier ceboruco puede descifrarla” Pues aquí entre nos, hay muchos que no pueden, así que quiero poner ante ustedes a votación la siguiente cuestión: ¿Les damos pistas?

Al parecer, a muy pocos les hizo gracia la manera abrupta y sorpresiva en que nos despedimos y tienen razón: A nosotros tampoco.

Tal vez a casi nadie le interese, pero creo que los pocos lectores que tenemos merecen una explicación sobre esta desición.

Para empezar debemos decir que no nos separamos, (ni conocimos a Yoko Ono) simplemente llegamos a la conclusión de que El Phineas ha cumplido su ciclo. La invitación a la FIL, aunque nos halagó sobremanera y la agradecimos, nos terminó por convencer de que la página debía terminar.

No somos buenos para hablar en público, ni para hablar sobre los blogs; lo nuestro es hablar sobre nosotros mismos y escribir estupideces, y en eso no hay quien nos gane…bueno, probablemente sí, pero no con tanta gracia.

El Phineas se acaba por ahora, pero no es motivo de tristeza. (¡Tampoco de alegría bribones!) No podríamos alejarnos de la escritura por mucho tiempo. Esto será como un descanso (Para nosotros, por supuesto) y estén seguros de que regresaremos y empezaremos desde cero, cuando menos se lo esperen. (Todavía tenemos una bolsa llena de estupideces para ustedes)

Queremos agradecer a todos los que nos leyeron en alguna ocasión, los que nos siguieron y los que nos criticaron; los que nos inspiraron para abrir este blog y a los que inspiramos para abrir uno; los que nos ligaron y los que no, a las comunidades blogueras y a las comunas hippies que fabrican pulseras. (pero sobre todo, gracias a Joseph Ferrante por ser el loco más divertido que hayamos conocido jamás)

Los archivos se quedarán por ahora…¡hasta que decidamos editar nuestro libro!
Y ahora sí pequeños querubes, largo antes de que nos hagan llorar. (snif)
gracias por asistir a la función

Vecino: Buenos tardes vecino ¿también preparándose para la noche de brujas?
Pinball Wizard: Así es, me encanta.

V: si, es maravilloso, hey mira, quiero que veas la foto de mi niño con su disfraz de este año en el jardín de niños. A ver si adivinas e que esta disfrazado.

PW: ¡Mira!, ¡que bonito disfraz de pordiosero!

V: ehh…este, esta disfrazado de espanta pájaros.

PW: Ah vaya, yo pensé que eso que le salía de las mangas del saco era la basura, muy al estilo indigente, pero ahora que lo veo bien, si parece un espanta pájaros.

V: Así es, oye, ¿Son calabazas?

Continua con la tortura…

La noche estaba tan negra como la conciencia. Solamente un foco, cada 200 metros, iluminaba a penas la única calle huérfana de aquél pueblo en medio de la nada. El viento soplaba como trayendo un presagio. En una casa en penumbras, el Doctor Edelmiro Rosales hojeaba sin ganas un libro sobre Botánica. De vez en vez daba sorbos a su café con leche y después posaba la taza sobre sus apuntes dejando círculos sepias sobre las hojas. Todo estaba en silencio salvo el ronroneo inquietante de Tiberius, un gato de edad incierta que vivía con el Doctor por conveniencia. Afuera, los arrayanes se mecían al igual que la única mecedora de madera que yacía en el cobertizo de la entrada. El Doctor levantó la vista y notó que una urraca se había posado en el quicio de la ventana y lo miraba con curiosidad. Se entretuvo en esto por un segundo y al instante recordó que al día siguiente tendría que estar muy temprano en el Mercado cercano a la Plaza de Armas, para comprar bastimento, tabaco y un atún fresco para el malagradecido de Tiberius.

A los pies del Doctor Rosales, echado sobre el suelo de madera, Tiberius yacía apacible como una esfinge milenaria. Era casi la media noche y el Doctor sentía cómo el cansancio se posaba sobre sus hombros. Había tenido un día vacío atendiendo a un enfermo de parotiditis y espantando los conejos que a diario intentaban comerse las coles que había sembrado en el traspatio. El Doctor enderezó el cuerpo, se estiró lo más que pudo intentando sacudirse los 69 años de encima y quitándose los lentes bifocales cerró el libro de Botánica.
Se dirigía a su habitación cuando repentinamente vio cómo el gato encorvó su cuerpo con el pelo del lomo erizado y dándo un salto, corrió a esconderse entre los sacos de papa que estaban apilados en un rincón de la cocina. El Doctor intentó sin éxito sacar al gato de su trinchera. En eso estaba cuando repentinamente tocaron a la puerta. El hombre dio un respingo y volteó a ver el reloj de cuerda que colgaba en la pared. 12:24. Le sorprendió que a esa hora, alguien – a parte de él – estuviera despierto en ese pueblo dormido. Suponiendo que era una urgencia se encamino a la puerta con cierta prisa.
Continua con la tortura…