Todo lo que necesitas es amor…y dinero

Ya se acerca el 14 de febrero, y también se acerca el inevitable encarecimiento de las rosas nauseabundas regadas con aguas negras que venden en los cruceros de Monterrey, como año con año, las masas de gente gustan de entregarse a un extraño ritual que empieza una semana antes, al andar como imbecil deambulando por toda la ciudad para encontrar el regalo ideal para el amor de su vida, dichos regalos suelen ser osos, patos o cualquier otro animal de peluche, flores, chocolates, etc., pero eso no es todo hay una serie de factores que inexplicablemente la sociedad de ciudades como Monterrey lo toman como “normal” siendo un caso verdaderamente deplorable en cuanto conducta humana y más aun en cuanto a amor propio de cada individuo.

Be my valentine

Este punto es demasiado cómico y a la vez, demasiado dramático, ya que algunas personas al no tener pareja (llámese relación estable) para el inminente “día del amor” se dan a la tarea (los mas osados) a tratar de conquistar a alguien o al menos de agradarle a alguien, solo para tener pareja el tan esperado día, todo en aras de una celebración que difícilmente llegan a comprender, y terminan invitando a algún compañero (a) de oficina que en ocasiones regulares ni siquiera serian capaz de saludar amigablemente, algunas veces la desesperación puede ser tan denigrante para el individuo en cuestión que es capaz de inscribirse en las promociones que lanzan algunas estaciones de radio para tener pareja para celebrar ese día “tan especial”, y son capaces de soportar humillaciones por parte de los conductores de dichas estaciones, chistes de doble sentido que rara vez entienden, para finalmente ser inscritos en una lista y esperar tener algo de “suerte”, la verdad es que no me quiero ni imaginar que tipo de personas son capaces de llevarse a si mismas a tal grado de humillación.

El regalo ideal

En este punto cabe destacar que la cantidad de porquerías inservibles (salvo sus muy respetables excepciones) que se pueden regalar es tan variada como la imaginación del individuo se lo permita, así tenemos amable lector que puedes recibir desde un personaje de peluche, cuyo uso practico es nulo hasta ese par de saleros en forma de corazón que toda tu vida habías deseado, lo más común es pasar entre 4 a 10 días buscando el regalo, este ritual significa ir a todas las tiendas de la ciudad para terminar comprando el primer regalo que se observo en la primera tienda, para que al final de la peregrinación una empleada mal encarado nos haga el favor de envolvernos el regalo para nuestra (o) amada (o).

Una cena romántica

Sin duda que este es el momento favorito de muchos de nosotros, y es que ¿a quien no le gusta pasar la noche entera como un verdadero imbecil yendo de un restaurante a otro en busca de una mesa para cenar?, y teniendo que formar parte de 2 o hasta 3 listas de espera (esto si la suerte esta a nuestro favor y tenemos varios restaurantes de nuestro agrado cerca uno del otro) , una vez dentro del restaurante tendremos que soportar el aglutinamiento de otros seres que al igual que nosotros decidieron unirse al “frenesí de San Valentín” y por supuesto que no es de extrañarse ver a aquella persona que esta dispuesta a gastar toda su quincena (lo poco que le queda, recordemos que el día 15 es el día de pago) con tal de darle gusto a su acompañante.

Canto al pie de tu ventana.

Los mas románticos, se aventuran a llevarle serenatas a sus amadas, lo malo es que con estas crisis los mariachis panzones y desafinados se atreven a cobrar como si fueran el mariachi Vargas de Tecatitlan haciéndose acompañar por Vicente Fernández, por lo que los desafortunados Romeos se ven en la penosa necesidad de recurrir a sus amigos “los músicos” que en la gran mayoría son personas que tocan la guitarra a la perfección siempre y cuando no les pidan otra cosa que no sea el circulo de sol y en aisladas ocasiones el circulo de do, los menos musicales optan por instrumentos como el pandero o las maracas y los mas virtuosos y aventurados se atreven a tocar algún instrumento exótico como puede ser la trompeta, cuyo objetivo real es despertar a la dama a la que se le esta llevando la serenata, y no deleitarla como se pudiera pensar.

Antes de recibir ataques por parte de los lectores que defienden a la humanidad y sus maravillas (entre ellas el amor) cabe recalcar que en El Phineas no estamos juzgando a la gente que se deja llevar por “esa loca cosita llamada amor”, si no por aquella “otra” llamada consumismo, ¿hasta donde nos dejamos arrastrar por el impulso mercantilista?, pues hasta celebraciones tan extrañas y exóticas como lo es el “día del amor y la amistad”, aunque bueno,…después de todo,…quizás sea el único día del año en que estas victimas del consumismo expresen verdaderamente sus sentimientos, de ser así,…adelante no se dejen detener por la racionalidad y la mesura. Por lo pronto les decimos que en el Phineas creemos en el amor,…en John y en Yoko.

Pinball Wizard