Envejecer es obligatorio, crecer es opcional, enviar cadenas con este tema es idiota

«ENVEJECER ES OBLIGATORIO, CRECER ES OPCIONAL»
El primer día de clase nuestro profesor se presentó a los alumnos y nos desafió (Les aseguro que este gato no estará el próximo semestre!) a que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía. Me quedé de pie para mirar alrededor (Siendo uno de los alumnos mas populares no encontraba a alguien que no conociera, bueno, había unos cuantos “losers” y “freaks” que no conocía pero estaba decidido a seguir sin conocerlos por el resto de mi vida) cuando una mano suave tocó mi hombro. (Y rapidamente pensé que se trataba de John, ese bribón)
Miré para atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser. (de seguro que se trata de la señora de la limpieza, vieja impertinente)

Dijo: – «Eh, buen mozo. Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad… ¿Puedo darte un abrazo?». Me reí y respondí: – «¡Claro que puede!» (pero trate de no arrugar mi camisa de seda, detestable carcaman) …. y ella me dio un gigantesco apretón. -«¿Por qué está Ud. en la facultad en tan tierna e inocente edad?», pregunté. (Usted debería estar enterrada desde hace 15 años por lo menos)
Respondió juguetona: – «Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener una casa llena de hijos y entonces jubilarme y viajar».
– «Está bromeando», le dije. (se ha de haber escapado de un sanatorio, pensé) Yo estaba curioso por saber qué la había motivado a entrar en este desafío con su edad, (que la verdad sea dicha, pocos tenemos el privilegio de pag…digo «conseguir») y ella dijo: – «Siempre soñé con tener estudios universitarios, y ahora estoy teniendo uno!». (o sea que se pasó 87 años de su vida sin hacer nada, vieja inútil) Después de clase caminamos hasta el edificio de la unión de estudiantes, y dividimos un «milkshake» de chocolate. (se le cayó la dentadura en el vaso pero yo traté de hacerme el desentendido) Nos hicimos amigos instantáneamente.
Todos los días en los siguientes tres meses teníamos clase juntos y hablábamos sin parar.. (Una vez un maestro nos regañó pero hice que mi padre lo corriera de la universidad) Yo quedaba siempre extasiado oyendo aquella «máquina del tiempo» compartir su experiencia y sabiduría conmigo. (recuerdo como me decía: “claro hijo, mañana te paso mi receta del pay de frambuesas”)
En el curso de un año, Rosa se volvió un icono en el campus universitario y hacía amigos fácilmente donde quiera que iba. Adoraba vestirse bien, y se reflejaba en la atención que le daban los otros estudiantes. (porque claro, si te vistes bien, todos te prestan atención) Estaba disfrutando la vida… Al fin del semestre invitamos a Rosa a hablar en nuestro banquete de fútbol. (¡Cómo nos causaba risa la viejecita!)
Fue presentada y se aproximó al podium. Cuando comenzó a leer su charla preparada, dejó caer tres de las cinco hojas al suelo. (ja-ja, lo dicho: nos hacia reir la viejecita) Frustrada, tomó el micrófono y dijo simplemente: -» Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa! … Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que déjenme apenas hablar a Uds. sobre aquello que sé». Mientras reíamos, (Tommy, un compañero del equipo de futbol le vació una botella de cerveza en la cabeza) ella despejó su garganta y comenzó: – «No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar». (Tommy lo comprendió enseguida y le volvió a vaciar otra botella de cerveza) Existen solamente cuatro secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito: (dinero, dinero, dinero y dinero) Se necesita reír y encontrar humor en cada día. Se necesita tener un sueño, pues cuando se pierden, uno muere… (nadie quiso hacer la observación de que sólo dijo 2 de los secretos) ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera sospechan!. (si, los he visto de vez en cuando, tirados en la calle, sin hacer nada y vestidos de manera horrible) Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer… Si usted tiene diecinueve años de edad y se queda tirado en la cama por un año entero, sin hacer nada productivo, terminará con veinte años… (y seguramente con el hígado atrofiado) Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año y no hago cosa alguna, quedaré con ochenta y ocho años… (Judy, una compañera de la fraternidad llorando exclamó: “Nunca había pensado en eso, en un año tendré 21 años y podré entrar a los bares. Soy tan feliz, ¡gracias Rosa!) Cualquiera consigue quedar más viejo. Eso no exige talento ni habilidad… La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad. Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer. (dos compañeros del equipo de futbol comprendieron las palabras de Rosa y no queriendo dejar de hacer las cosas que tanto disfutaban, golpearon a dos “nerds” que estaban sentados)
Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos»… (rapidamente pensé en mi padre que el año pasado había despedido a mil obreros y que me dijo lo mismo que acababa de decir Rosa)
Al fin de ese año, Rosa terminó el último año de la facultad que comenzó tantos años atrás. (y bueno, es que aparte Rosa, reprobaba muy seguido, por eso tardó tantos años) Una semana después de recibirse, Rosa murió tranquilamente durante el sueño. Más de dos mil alumnos de la facultad fueron a su funeral (entre ellos el Tommy, que ahora era jugador profesional, y como homenaje abrió el ataúd de Rosa y le vació una botella de cerveza) en tributo a la maravillosa mujer que enseñó, a través del ejemplo, que «nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que uno puede probablemente ser». (Después tuve otro compañero de 95 años que me enseñó que nunca es demasiado tarde para ser lo que uno quiera ser cuando pudiera ser lo que no quisiera ser pero probablemente seguirá siendo. Con el tiempo me he enterado que padecía de demencia senil)
Cuando Ud. termine de leer, por favor, envíe estas palabras de consejo a sus amigos y familiares,¡ellos lo apreciarán realmente!. (si, claro que lo apreciaran) Estas palabras han sido divulgadas por amor, y en memoria de «Rosa»: (la verdad nunca tuvimos el tiempo de preguntarle su apellido)
«ENVEJECER ES OBLIGATORIO, CRECER ES OPCIONAL»
Cuando te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás». (esta es otra de las enseñanzas de mi otro compañero de 95 años con demencia senil)