Me encontré este fragmento del libro «Todas Putas» de Hernán Migoya, y debo de reconocer que es un humor que en primera me impactó, y fue necesario que leyera la entrevista que le hicieron para poder comprender el contexto de dicho autor, así como su peculiar sentido del humor, y además de esto, me quedo claro que no solo en nuestro México hay gente que intenta actuar con la moralidad de bandera, ya que para el autor de tan peculiar libro, también tienen censura en la madre patria, al grado de querer la renuncia de la directora del instituto de la mujer en España, por ser la co propietaria de la editorial que publicó el libro, en fin el mismo Hernán Migoya dice que le gustaría que su libro se publicara en México, sin embargo a como están las cosas aquí, al rato tendremos a los de “Retro Juvenil” quemando libros, todo,…por supuesto,…en nombre de la moral. En fin, sin mas preámbulos te dejo este fragmento y la última opinión es la tuya:
«Ahora que todos los negros son buenos y todos los maricones unos seres muy simpáticos, a ver si la sociedad ésta se reúne y decide de una vez que no todos somos mala gente. A veces he tenido que oír que en guerras de ésas que pasan por la tele, del tercer mundo o del este de Europa —que cada vez se acercan más, esto ya empieza a acojonar un poco—, más atroces aún que las bajas civiles se quiere considerar las violaciones perpetradas a las mujeres. Y no, hombre, eso no. No hay derecho. Siempre será mejor violar a una mujer y dejarla viva, que no violarla y matarla. Yo no sería capaz de matar a una mujer, no tendría estómago para ello. Pero violarlas, les aseguro que no produce ningún tipo de remordimiento.
Claro que entiendo que, hoy en día, con el miedo que da llevarle la contraria a la opinión pública femenina —o mejor dicho, a las pocas mujeres que acceden a los medios de comunicación; en pocas palabras: a las que no representan a nadie—, todos tenemos que agachar la cabeza y decir que sí, que una violación es peor y más aberrante que la misma muerte. Porque si lo negamos, siempre acaban arguyendo lo mismo: “Es que vosotros nunca podréis saber lo que se siente al ser violado”. Hombre, esto es relativo, aunque ellas seguirán diciendo que una violación a un hombre no es lo mismo que una violación a una mujer. Así pueden seguir obteniendo el beneficio de la duda, y seguir aprovechándose de ese privilegio que les proporciona el supuesto horror absoluto que provoca la mera mención de una violación femenina. Hacen de que el hombre se sienta culpable al saberse posibilitado para violarlas —aunque jamás se le haya pasado tal barbaridad por la cabeza; bueno, je, je, ¿a quién no se le ha pasado por la cabeza?—, y entonces uno les consiente todo, víctima de un chantaje emocional implícito, como si ya tuviéramos que disculparnos a priori por nuestra capacidad de follarles, o incluso de sentir deseo sexual. De todas formas, hay que reconocer que, en el fondo, ahora que lo pienso, en eso de que una violación a un hombre no es lo mismo que a una mujer, tienen razón: yo he violado alguna vez a un hombre —cuando todavía no había decidido por cuál género decantarme—, y les puedo jurar que no tiene nada que ver con violar a una mujer. Vamos, ni punto de comparación.
De todas formas, reincidiendo —en el sentido legal de la palabra— en lo escrito anteriormente, ¿qué importa que un hombre no pueda saber lo que es ser violado? A esto se podría aducir que tampoco sabemos lo que es tener un hijo, y hasta ahora ninguna ha preferido matarse a tenerlo. En todo caso, prefiere matarlo a él, a la pobre criatura. Y tampoco es que tengan demasiados remordimientos para hacerlo. Pero claro, eso sí que no podemos castigarlo. Ellas se cargan al hijo y no pasa nada. Pobrecillas, qué pena me dan. Seguro que lo han hecho por una cuestión de necesidad. En cambio, nosotros sólo intentamos que nos den algo de cariño y ya somos unos criminales aborrecibles. ¿Y nuestras necesidades qué?
Y ellas se aprovechan de eso, como siempre. Así que le hacen creer a todo el mundo que no hay cosa peor que una violación. A lo mejor no hay cosa peor, pero yo prefiero vivir, por muchas veces que me hubieran violado, a que me maten. Al menos después podré elegir si deseo seguir viviendo. Si al final quiero realmente morir, pues me suicido y ya está. Pero siempre será mejor dejar decidir a la persona, ¿no? ¿No lo creen ustedes así? Y, entre nosotros, yo que he violado a muchas mujeres, déjenme decirles algo: no es para tanto.
Porque, recuperando el hilo lógico de mi razonamiento, a eso es a lo que iba. Yo no soy tan mala gente, si se paran a pensarlo. Sí, abuso sexualmente de una persona contra su voluntad. ¿Y? De otras abusan laboralmente, de otras afectivamente, de otras económicamente, y no pasa nada. Es más, la ley no suele penar ni una mínima proporción de todos esos casos: ¿quién mete a la cárcel al hijoputa que te ha robado el corazón? La realidad es que estamos acostumbrados a todo tipo de abusos. Entonces, ¿por qué no a las violaciones? ¿Por qué seguimos demonizando a los violadores como si fueran monstruos, cuando son personas normales, corrientes, honrados padres de familia con una pequeña afición que da la casualidad, ahora es considerada un delito y tipificada como tal? No digo yo que no haya que castigarlo, pero tampoco exageremos, que una violación es sólo eso, una violación y a veces, ni siquiera sabes si lo es. En el fondo, ¿cómo vas a estar seguro, si igualmente, desde el principio de los tiempos, ellas nunca te dicen si quieren follar o no? Ellas nunca te dicen nada. Porque, entre ustedes y yo, ¿con cuantas mujeres se han acostado, a lo largo de su vida, que hayan accedido verbalmente a hacer el amor diciendo “sí” explícitamente? Permítanme dudar que sean demasiadas. Sin embargo, ¿con cuántas mujeres se han acostado, que al principio dijeran claramente “no”? con algunas, ¿verdad? —y si no lo han hecho, amigos míos, déjenme decirles que se han perdido ustedes de muchos buenos ——. Eso, en cierta forma, les convierte también en violadores, ¿no? Siguieron adelante sin un consentimiento previo, contra la voluntad de ellas, ¿verdad? ¿O contra la aparente “voluntad” de ellas? ¿Quizá es que estaban ustedes seguros de que cuando ellas decían “no” querían en realidad decir “sí”? ¿Se supone entonces que debemos estar siempre adivinando lo que en realidad piensan ellas? ¿Y cómo vamos a poder saberlo nunca con seguridad? ¿Lo saben acaso ellas alguna vez con seguridad? ¿Y cómo vamos a poder fiarnos de un género humano que ni siquiera es capaz de decir lo que piensa y desea? Yo se lo diré, amigos, no se preocupen, que para eso estoy yo del otro lado de la ley: sencillamente, uno no puede fiarse. Si un hombre respetara desde el principio lo que opina una mujer, el ser humano como tal se habría extinguido desde hace eras.»
Fragmento de Todas putas, Hernán Migoya. Ediciones De Bolsillo Grijalbo Mondadori, 2003.
7 comentarios
Bueno igual cada quien tiene el derecho a pensar como se le hinche, aquí en México normalmente no se comulga con la idea, dicen algunos amigos que en realidad no son «Todas putas», que efectivamente hay un nutrido grupo de ellas pero tambien hay otro grupo «Las que vuelan», aunque sinceramente ultimamente no he visto a nadie volando, Será que ¿Pa´rriba volteo muy poco?
No se crean las mujeres de todo esto, despues de todo lo unico que necesitamos los hombres es diferenciar cuando «NO» quiere decir «SI» y «tengo dolor de cabeza» quiere decir «NO»
El Alebrije
Todo sería más sencillo si nos dijeran lo que realmente piensan. Eso es muy cierto. ¿Pero haría las cosas menos interesantes? ¿Nos gusta ser gurús de la adivinación a lo que el género sexual se refiere?
Quien sabe. Me gustó el fragmento, probablemente buscaré el libro.
arboltsef
Interesante y polémico, hay que leer mas.
Viviendo Sola
Me recuerda las predicas del Marques de Sade.
Alexander Strauffon
Ya leeré más del autor.
Me ha parecido muy ácido. Y también, moralinas a un lado, muy inteligente… Sí, me hizo reír en varios puntos… Supongo que por eso debo estar condenado a algo. Reírse de un tema tan serio y polémico no es bueno… Qué van a pensar???
Cada quién decide cómo reírse y de qué reírse…
Creo que no estamos preparados todavía para un humor así. Y es una lástima porque realmente rompe con todo…
Agradezco enormemente a quien me recomendó éste sitio.
Me voy, que quiero fisgonear más…
Gomís
me parece que este tipo es un loco , un retorcido. como pude pensar que un violador no es un mounstro , los violadores son personas anormales y adivinen quien dijo que no lo eran un hombre ,les parece justo que a una mujer o un hombre tengan relaciones que no quieren tener , a mi no me parece y el tipo que escribio eso deberia estar preso
marizza
a mi me parece muy chistoso el autor,es un tema que no estoy a favor ni en contra,todos los hombres son diferentes,la violacion existe desde que el mundo es mundo
tesrico