«Mis Dejores Meseos…!» Tributo al conductor resignado.

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La mayoría de ustedes, amables lectores, estarán de acuerdo conmigo en que el vino, es un placer de los dioses, y que una buena copa de este, de vez en cuando, nos produce un bienestar y un regocijo general. Con la cerveza y los cocteles sucede lo mismo; todo bien hasta aquí. Pero una vez que se les ha agarrado el gusto a estos elixires, empieza la fiesta….literalmente. No me negarás, querido lector, que alguna vez (por decir lo menos), te has puesto alcoholizado hasta la pared de enfrente y has caminado de forma beoda y torpe, el trayecto que va desde la salida del bar, antro de mala muerte o cantinota, hasta tu auto o taxi…

He asistido a borracheras memorables. Por ejemplo, el día que me gradué de la Facultad, llegue a mi casa despuntando el alba y subí las escaleras en 4 patas, técnicamente. Después del séptimo mezcal, ya no sabia yo si lo que estaba ingiriendo era eso o “Windex”. Ahí fue donde llegué a la conclusión de que beber mezcal “El Charrito”, de “San Juan de los Tejocotes en cantidades industriales, no era bueno para mi. Algo bastante molesto de las borracheras con amigos, es andar cuidándolos. SI por desgracia te tocó quedarte sobrio para llevar a los demás a sus casas después de la fiesta, vete haciendo a la idea de que tendrás que cargar toda la noche con tus amigotes que después de las 12:00 am. se convertirán en borrachos indeseables y nefastos.
Algunos de los síntomas con los que se puede identificar que tus compañeros se están poniendo ebrios, son los siguientes. Ya tu sabrás si emprendes la graciosa huída o se los endosas a alguien más.

1) Ya que están entrados en calor, se ponen a decirte que te quieren mucho y que eres un gran amigo(a). Más tarde se ponen a llorar sobre tu hombro por el amor perdido, mientras te escupen, te llenan de mocos y te hablan de cerquita con aliento a centavo.

2) Empiezan a pedir canciones para “ardidos” de José Alfedo Jiménez, de Joaquín Sabina o de Paquita la del Barrio. Las rolas mas socorridas para éstos fines son “La Chancla”, “Y nos dieron las 10”, “Rata de dos patas” y “El Carrito”.

3)Se ponen a decir cosas como “-Ni borrando ancho!…-“ (traducción: Ni borracho ando!), “-Mis dejores, meseos!!-“ (traducción: Mis mejores deseos). “-La última y nos vamos…al siguiente bar!-“, etc, etc.

El borracho en su estado más puro, saca a flote características, habilidades y rasgos de su personalidad, que en la vida real jamás se atrevería a dar a conocer.
Por ejemplo, a la mayoría de los borrachos les sale lo bohemio, lo trovador y lo aventurero, así que entre tropezones y círculos beodos, se abren paso entre la gente hasta llegar al escenario, se trepan trabajosamente a este, le arrebatan el micrófono al vocalista del grupo en vivo y se ponen a cantar “Oye Cantinero” del Tri….no le hace que los del grupo estèn tocando “La otra España” de Mocedades.
Otros en cambio, se ponen a bailar tambora o quebradita como si nadie los estuviera viendo, no le hace que la música que se esté tocando, sea jazz.
A éstas alturas, el único remedio que le queda al sobrio, es esconderse bajo la mesa, meterse al baño, o fingir demencia y ponerse igual de ebrio que los demás para no andar pasando vergüenzas ajenas. En este caso se recomienda pedir varios caballitos de tequila o 15 cubas libres para escapar de la realidad y agarrarle el paso a los alcoholizados compañeros.
Una cosa es beber tranquilamente, disfrutar de la música y del ambiente y otra muy distinta es andar dando vueltas por el lugar como teporocho irredento. Eso es una cosa muy fea….pero muy divertida.
A la salida, después de que el sobrio puso el dinero que faltaba para saldar la estratosferica cuenta; regularmente lleva a uno por uno de los alcoholizados a la puerta de salida, pero cuando dejó a uno recargado contra un muro y regresa con otro, nota con horror, que el primero se regresó a seguir la fiesta…es un cuento de nunca acabar. El trayecto del bar al carro, es otra aventura. Ya que el conductor resignado logró trabajosamente meterlos a todos en el auto y ponerse en marcha, nunca falta el que a medio camino quiere vomitar, el que va cantando a todo pulmón “Chaparra de mi amor” o el que se quedó dormido, babeando sobre el hombro del chofer. Otra opción en éstos casos, es embarcarlos a todos rumbo a la Isla de Pascua. En el caso de llevar a cada uno a su casa, se sugiere bajar al sujeto del auto, dejarlo tirado frente a la puerta en calidad de bulto inherte, tocar el timbre y salir corriendo de ahí. Al día siguiente, se les puede hablar por teléfono a cada uno a las 6:00 a.m. solamente por molestar.
Estas son solo algunas recomendaciones por si te llegaras a ver envuelto en tan penosa situación. He de decir que borracheras…las de las películas de Pedro Infante! Donde las afrentas de arreglaban a puño limpio y cantando coplas. En las que se apostaban las propiedades y las mujeres, en donde el caballo asistía al chiflido del amo y donde el final de la borrachera, comenzaba con “La Serenata Huasteca” al pie del balcón de la amada. Y tu, finísimo lector, cómo terminas las parrandas? Hablándole a tus amigos a las 6:00 a.m. o despiertas bajo el sol de la Isla de Pascua? Recibe un saludo y mis dejores meseos…

1 comentario

  • Hola.

    Oye Mañana nos vamos a juntar algunos blogeros en «Cadaques» es el antro que esta enfrente del Café Galerias en el Barrio Antiguo.

    POr si quieres caerle desde las 9:00 de la noche vamos a estar ahi.

    Bueno cualquier cosa mandame un mail o dejame un mensaje en mi blog… SALUDOS.

    Tiburon3

    -Piensa que es nuestro amigo