Mi vida en Almoloya

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“Cada día al comprobar una vez más el encarcelamiento físico, la mente vagaba sin lugar ni reposo reconstruyendo la libertad anterior, para luego enfrentarme una y otra vez a la realidad de que en la mañana, al abrir los ojos, era un preso. Durante cada hora del día estaba preso. Me dormía siendo un preso. No había tregua ni descanso, ni piedad. Si me deprimía estaba preso. Si intentaba reanimarme, la evidencia me golpeaba con mi condición de preso. No había misericordia, me tenían preso en Almoloya.”

Como cantara el inolvidable Pedro Infante “con pena y sin llanto”, así es,…con pena y sin llanto leo con asombro que ahora Raúl Salinas de Gortari va a escribir un libro titulado “Mi vida en Almoloya”, en donde narra con lujo de detalle (y de poeta si se me permite hacer la observación) como ha sido “su infierno” desde que injustamente (según él) fue encarcelado, y bueno en 12 páginas narra para una importante revista de la vida política, como ha sido su cautiverio, con reflexiones que nos invitan a pensar que efectivamente es inocente, que en su vida como servidor publico no hizo más que servir al país, casi podría decir que hasta el lector se vuelve testigo a través de este relato de cómo un hombre con poder político en nuestro país se va convirtiendo en un mártir.

Como ya es costumbre en nuestro país, cualquier celebridad o personaje que se encuentre en prisión después de algunos años, vuelve a la luz pública con “autoridad moral” para señalar a la sociedad que injustamente los castigo, y bueno,…si de algo carecemos los mexicanos es de memoria, ah pero eso si, tenemos mucho corazón, así es que si alguien nos viene a contar todas las penurias que sufrió injustamente, pues pensamos: “pobrecito,…ya aprendió su lección”, y con gusto nos entregamos al síndrome que padecieron Don Fernando Soler y Doña Sara García, en la película de “Cuando los hijos se van”, que consiste básicamente en que no importa cuando daño hayan hecho, cuanto dinero hayan robado, de cuantas personas hayan abusado,…con que nos lloren tantito, es más que suficiente para que con gusto y sin rencores los aceptemos de regreso.

Lamentablemente, esto no sucede única y exclusivamente en este caso del “Hermano Incómodo” si no que la historia (muy reciente) nos presenta ejemplos que tristemente pronto olvidamos, o en el peor de los casos aun los tomamos como “ejemplos a seguir”:

Ricardo Aldape: Después de pasar 15 de sus 35 años en la prisión de Ellis Uno de Huntsville, Texas conocida como “la ante sala de la muerte” acusado de el asesinato de un policía el 13 de julio de 1982, ¿era inocente o culpable?, eso no nos toca a nosotros decirlo, la ley estadounidense lo declaro “no culpable” de el delito que casi le cuesta la vida, pero cuando llego a México una vez que fue liberado, hasta en actor de telenovela se convirtió, trágicamente perdió la vida 4 meses después de ser puesto en libertad. (Justicia divina proclamaron los gringos)

Gloria Trevi: Después de que se auto-denomina inocente, se le “permite” embarazarse estando en cárcel (y salen con teorías de lo mas estúpidas de cómo se embarazó) , amenaza con “decir toda la verdad”, y ahora hasta quieren que actúe en una telenovela, y ¿qué decir del resto de las ex-integrantes del llamado “clan Trevi-Andrade” (que nombre tan patético le colgaron los medios, pero ni hablar), que cada quien por su lado han escrito libros, grabado discos y hasta novelas de televisión.

Pues como verán en México nomás nos lloran tantito y ya “les ponemos casa”, para desagraviarlos, les compramos sus libros, vemos sus novelas en fin, los hacemos unos “iconos” de nuestra propia sub-cultura, y poco a poco vamos heredando a los futuros mexicanos generaciones de falsos ídolos, de falsos mártires, es más si Raúl Salinas de Gortari quiere acelerar su proceso de “canonización” debería de hacerse su propio Teletón, al cabo que con que Lucero les llore tantito, se sube el rating, donaciones, y en un descuido hasta le hacemos una calle con su nombre, para que no se vaya a sentir menos que su hermano Carlos Salinas De Gortari, quien también en su momento no solo publicó su libro, sino que lo anuncio con bombo y platillo. Que pena que en nuestro país tengamos tan poca memoria,…en un descuido y hasta hacen película de “Mi vida en Almoloya” donde quizás hasta su papel lo interprete el mismo Sean Connery, y como director se me ocurre que pudiera ser Oliver Stone, la verdad no me extrañaría no solo que lo hicieran, sino que fuera un éxito de taquilla.

En fin,…para finalizar, cierra magistralmente de esta forma:

“Almoloya es ahora conocida como La Palma, municipio de Almoloya. Y es que tiene tal prestigio el lugar, que los habitantes del municipio exigieron que le cambiaran el nombre para que no se desprestigiara a su municipio y sus habitantes, que es gente buena”.

Yo creo que el nombre del pueblo es lo que menos desprestigia a su municipio o incluso a sus habitantes, más bien creo que es la gente que esta dentro de su cárcel quien cumple con esa función de desprestigiar,…con esa función y con la de escritor poeta.

Pinball Wizard

2 comentarios

  • me parece muy bien este tipo de denuncias urbanas, de las cuales nos enteramos todos los dias, hasta en peliculas, vemos como criminales, se hacen famosos y hasta ricos con presentar su version de los hechos en un libro , escrito para la morbosidad de la gente que lo hace inolvidable

    vero

    -Jicotillo que anda en pos de Doña Blanca
  • Este tipo de comentarios a los que muchos solamente cierran los ojos, nos hacen racapacitar, y que es cierto lo que se dice, lamentablemente, esto ya es una tradición…..

    Arturo

    -Piensa que es nuestro amigo