Antología Canina, Capítulo I

ac01.jpgA manera de introducción, dedico esta historia de adolescentes a todos aquellos que en algún momento de su vida han tenido sueños, no importa que tan lejos hayan quedado de cumplirlos, les aseguro que al final voltearan atrás y recordaran con alegría todos esos momentos,…o en su defecto terminaran siendo esclavos de cuello blanco en alguna oficina, escupiendo palabras amargas en un blog

Corría el glorioso año de 1988, ya habían pasado 4 años desde que Carlos nos presentó a Héctor, un estudiante universitario cuya principal característica era su asombrosa capacidad para tocar la guitarra y hacer que “Stairway to heaven” sonara exactamente igual en su guitarra que en el LP de Led Zeppellin, para ese cabalístico 1988 la carrera hamburguesista de Mc Donalds avanzaba a pasos agigantados en Monterrey, y la domesticación del perro parecía no conocer limites y Carlos, Phineas y yo terminábamos la secundaria, listos para iniciar el verano en el sueño dorado de todo adolescente que se precie de serlo: hacer una banda de rock. La tarea era un poco más complicada al momento de llevarla a cabo que al momento de soñar con los días de gloria que estábamos –según nosotros- a punto de recibir, pero aun así, no desistíamos en nuestros anhelos.

Es bien sabido que la necesidad es madre de todas las virtudes, nosotros…

Es bien sabido que la necesidad es madre de todas las virtudes, nosotros al tener una necesidad de comprar instrumentos musicales pensábamos ilusamente que por ende, seríamos unos virtuosos, la primera sancadilla a nuestra incipiente carrera musical la recibimos al adquirir nuestras primeras guitarras de la prestigiada marca “Jom”, en el prestigiado almacén musical de Soriana. Las guitarras –pensábamos nosotros- tenían voluntad propia y al parecer, se negaban rotundamente a soltar nota alguna si no eran poseídas por Jimi Hendrix, Eddie Van Halen o Michael Angelo Batio Nota del Phineas: (Yo a ese lo he escuchado en alguna parte…), así que en vista de que nuestros dedos no eran bienvenidos en las rebeldes cuerdas de estas guitarras, procedimos a métodos menos ortodoxos para arrancarle notas a los insurrectos instrumentos, dichos métodos consistían en deslizar un cuchillo para untar mantequilla a lo largo de las cuerdas, hacia arriba y hacia abajo del brazo del instrumento en cuestión, provocando intermitentemente notas graves seguidas de notas agudas, haciendo un efecto a lo que en el mundo guitarrístico se conoce como “slide”,….obviamente sin un slide, dicho efecto sonoro nos inspiró para escribir algunas de las mas grandes creaciones musicales, apenas comparable con The Shaggs, así vería la luz la canción titulada: «Dos monstruos querían cenarse New York».

El éxito no se hizo esperar, a los pocos días de haberla terminado de escribir, ya la sabíamos de memoria y la cantábamos a todo pulmón Carlos, Phineas y yo,…ahora solo faltaba un paso, convencer al resto del mundo que era una buena canción. Como ustedes habrán de imaginar no tuvimos mucho éxito, así que procedimos a tratar de madurar nuestro estilo musical, y fue así como logramos concretar canciones como: «La escuela del terror», «Los garbage (pale kids) son malos», y «Mata una avestruz», el único y minúsculo inconveniente era que dichas piezas poseían la misma estructura musical que nuestra primera obra maestra, es decir contaban de ruidos graves y agudos producidos con un cuchillo en la guitarra o en algunos casos mas honrosos, ni siquiera eso,…y eran acompañadas de chasquidos, “sha la la la´s” y “shu bi du bis”, al mas puro estilo de,….bueno,…alguien ha de existir en el mundo igual de imbécil para hacer lo mismo.

La situación era un poco frustrante, ya que con guitarras «Jom» y cuchillos para untar mantequilla no podríamos pasar de nuestro estudio de grabaciones (el cuarto de Phineas), así que repentinamente y como una revelación divina, recordamos que teníamos (por no decir: “tenia”) un amigo llamado Nacho,…aquí me gustaría hacer un paréntesis para ponerlos en antecedentes de nuestro amigo en cuestión; Nacho era un chico alto, delgado, de cabello güero y con suerte para las chicas, no contento con eso, el muy canijo sabia leer música, tocar piano y sabía mas de tres acordes en la guitarra, amén de ser un buen hijo, tener una relación estupenda con sus padres y ser un estudiante modelo, en pocas palabras: era un estuche de monerías, pero,…volvamos al relato; una vez que recordamos que conocíamos a Nacho, lo invitamos sin pensarlos dos veces a que se uniera a la banda, y a cambio de compartir con nosotros sus secretos musicales, nosotros estábamos dispuestos a compartir algo de la gloria y de las mieles del triunfo que estábamos a punto –según nosotros- de recibir, lo primero que hizo Nacho al llegar al ensayo, fue restregarnos en la cara que la guitarra jamás en toda la historia de la música había sido tocada con utensilio alguno de la cocina (A excepción tal vez de los Hombres G, que la tocaban con las patas), además de insistir en que las canciones deberían de llevar más de dos tonos (me gustaría decir acordes, pero no estábamos tan civilizados) y que las letras en vez de estar llenas de sátiras y burlas a la sociedad (Algunos acusaban a nuestra pieza, «Dos Monstruos» de infantil y estúpida, pero en realidad era una burla a la sociedad…) deberían de hablar de los sentimientos que como “artistas” queríamos transmitirles a nuestra audiencia.

Con la humildad que nos caracteriza, entendimos que Nacho tenia en cierta forma razón, y no nos quedó más salida que aceptar nuestra precaria situación y culpar de todo a Carlos. Una vez que habíamos encontrado a un chivo expiatorio para nuestra estupidez, empezamos a succionar al máximo los conocimientos de nuestro nuevo integrante, sin embrago Nacho tenia un buen camino recorrido por adelantado al del resto de nosotros, ya que con una formación musical formal recibida desde pequeño, un piano y partituras en la sala de su casa, superaba por mucho a nuestras guitarras Jom desafinadas. La segunda revelación importante que nos hizo, fue que las guitarras no solo deben de estar afinadas, sino que deben de estar afinadas exactamente igual entre las que van a ser usadas por el grupo (eso fue como la revelación de Fátima), y la tercera y mas importante aportación que nos hizo, fueron el circulo de Sol y el de Do. Con estos dos nuevas herramientas, las oportunidades para escribir nuevos temas se volvían infinitas, y fue así como desarrollamos: «Una mañana en la Bahía de Hawai», «Dí por qué» aparte de muchísimas variaciones más sobre el circulo de Sol y Do y fue así que debutamos en lo que seria nuestra primera presentación formal como grupo, ¿el escenario?,…la piñata de 6 años de Juan, el hermano menor de Carlos, en donde después de tocar las mañanitas y 2 temas propios, no nos quedó mas que complacer a las señoras y los niños que asistieron a dicha fiesta, que nos pedían a gritos que nos calláramos y nos fuéramos.

Una vez que parecía que empezábamos a hablar el mismo idioma y habiéndonos fogueado por primera vez con el publico, estábamos listos para dar nuestro segundo gran paso como grupo: comprar guitarra eléctrica, bajo eléctrico, sintetizados y batería. El día que decidimos quien tocaría cada instrumento Carlos estaba ausente, sin embargo eso no nos detuvo para ignorarlo como solíamos hacerlo aún y estando él presente, el primero en decir que instrumento prefería fue Nacho: quería tocar el teclado y era justo, puesto que era el único que sabia hacerlo, Phineas pidió tocar el bajo y yo me tuve que conformar con ser el guitarrista místico y emblemático de la banda, Nota del Phineas: (Pensé que era YO el bajista mítico y emblemático de la banda)….entonces Carlos seria el baterista, pero un momento…nos hacia falta algo más importante aún, un nombre…un nombre que nos identificara como unidad musical, que al solo mencionarlo nos ubicara en la mente de nuestros estúpidos fans, la tarea se antojaba un poco mas que difícil ya que los nombres que más nos gustaban parecían ya estar ocupados por otras agrupaciones, como ejemplo «The Beatles», «The Rolling Stones», «Pink Floyd», «Maná» y por supuesto «The Shaggs». No podíamos definir que nombre llevaríamos durante nuestras carreras musicales, ya que quien ha tocado en algún grupo sabe lo importante que es el nombre, teníamos que pensar en uno bueno, aunque aun no sabíamos si sería uno estrambótico como “Pinball Wizard y sus amigos drogados con coca colas y aspirinas” o uno corto y de rápida referencia como “Phineas: voz y sentimiento” o cualquier otro más popular: “Carlos y Los reyes de la Polka”.

A medida de que avanzábamos en materia musical, nos dábamos cuenta que necesitábamos más y más accesorios, como por ejemplo: un demo, unas gruppies, un gurú musical externo, una banda que nos inspirara, un representante, un lugar en donde tocar, un escritor de discursos para cuando ganáramos premios internacionales y cosas por el estilo, pero primero lo primero: los instrumentos, teníamos que conseguir los instrumentos para poder alzar el vuelo en lo que sería –según nosotros- un viaje Mágico y Misterioso. Para esas fechas ya se había terminado el verano, y junto con este el primer semestre de la preparatoria, debido a nuestra devoción a la recién nacida agrupación, todos tuvimos que dejar de lado momentáneamente nuestras obligaciones como estudiantes. Todos excepto -así es, adivinaron- todos menos Nacho, quien seguía siendo el peor ejemplo para nuestros padres que insistían en que estudiar nos llevaría mas lejos que nuestro grupo de rock.

Caminábamos por la calle como cualquier tarde, cuando de repente vimos con sorpresa como un local que había estado vacío por meses, estaba siendo pintado y arreglado, no parecía nada fuera de lo común hasta que vimos como bajaban del camión para colgar en una de las paredes una foto gigante de Elvis Presley, lo cual interpretamos como una señal –cabe señalar que en ese entonces no conocíamos nada de la música de Elvis, pero eso era lo de menos, lo que buscábamos era tener una identidad como grupo de rock y ¿qué mejor señal que una foto gigante de el rey…El Rey del rock. De manera estúpida pero insistente le preguntamos a quienes parecían ser los dueños de dicho negocio, de que se trataba el giro del remodelado local; nos contestaron que era una nevería, llamada “La Minerva” y que era muy conocida en su tierra natal: Tampico, y que estaban buscando expandir su imperio de nieve de jovito (una extraña fruta exótica que al parecer sólo era conocida por la dueña de la nevería y por su familia) (Tal vez Mr. Lemon nos pueda sacar de dudas) al resto del país, y habían elegido Monterrey como bastión para lograr dicho cometido, no bien acababan de explicarnos todo esto cuando les escuchamos decir: -Lo único que nos falta son los meseros, ójala y pudiéramos encontrar a cuatro jóvenes a los cuales les interesara trabajar atendiendo una nevería al estilo de los 60´s….fue entonces cuando Carlos inteligentemente agregó: “Pueden poner un anuncio en el periódico”, Phineas y yo nos miramos mutuamente entendiendo que nuestro amigo no pudo haber sido más imbécil, y rápidamente interrumpimos: “Aunque lo mejor seria, poner un anuncio colgado en la puerta para solicitar el personal”. Sabíamos que habíamos hecho lo correcto, así que ahora sólo había que esperar a que ellos colgaran ese anuncio y rápidamente iríamos a pedir ese trabajo, que sería nuestra fuente de ingresos para conseguir los instrumentos musicales.

Tiempo después Nacho nos explico que hubiera sido más directo ofrecernos abiertamente y sin rodeos para ocupar el trabajo, pero lo que Nacho no sabía es que una vez con sus conocimientos musicales absorbidos por nosotros, sus días en la banda estaban contados, y él caminaba sobre la cuerda floja, así que cada corrección que nos hacia acerca de nuestras letras, cada acorde criticado, cada ritmo vituperado, lo acercaba más y más a la puerta de salida. Nota del Phineas: (Y aparte, nos caía mal)

Continuará…

Pinball Wizard
pwizard@simioterapia.com

8 comentarios

  • Cabe mencionar que con mi juventud, conozco a varias «bandas» de chicos «cool», sin embargo la que mas me marco y resaltaba debido a su esquisites y corta duracion, fue la denominada: «la verga de mi abuela»…quedara para la posteridad

  • Entonces, si entiendo bien Pedazo de Shit, «la que mas te marco y resaltaba por su esquisitez» fue «la verga de tu abuela»? 0_0

    The Path

    -Cuando toca su guitarra, es el alma de las fiestas.
  • jajaja

    Anónimo

    -Iconoclasta consumado
  • Ooh si… muchos pasamos por éso, las banditas en la prepa. Yo tuve la mía, se llamaba SUEÑOS HÚMEDOS, y fué muy reconocida por temas como «Esperma asesino», «perras» y muchas mas…

    …ok… no fué reconocida..

    …ok ok… no hubo muchas más tampoco…

    Pero sí que nos divertimos, chido el post

    Bringass

    -Especialista en bailes autóctonos como la Macarena y Lambada
  • si aquellos sueños de gloria , tube un grupo que se llamaba,»cuidado hay vienen los geeks asesinos en calzones rosas»

    anduan

    -Especialista en bailes autóctonos como la Macarena y Lambada
  • CONOZCO A MUCHAS BANDAS YA QUE ACTUALMENTE SIGO TOCANDO EN UNA Y DE VERDAD HAY MILES DE ANECDOTAS GRACIOSAS COMO PARA ESCRIBIR UN LIBRO

    panic torres

    -Piensa que es nuestro amigo
  • hola soy lizeth y ustedes que pitos tocan comuniquense conmigo bola de ojetes

    Lizeth

    -Miembro de la tribu Yanomano
  • ke finisimo lenwaje lizethita ehh!!

    pero x entre para comentar: “Phineas: voz y sentimiento” o “Carlos y Los reyes de la Polka”. jajaja es la onda… voz y sentimiento jajajajajaja xD

    Rubiwa

    -Admiradora de Franco (El cantante, no el dictador)